Duelo infantil: ¿Cómo hablar de la muerte con los niños?

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Es posible que ante la muerte de una persona significativa, los niños, a quienes que les es difícil comprender lo que realmente significa morir, puedan sentirse confundidos por las reacciones de los miembros de su familia. Por lo cual es importante saber cuál es la mejor manera de abordar con ellos el tema de la muerte; así como cuáles son las formas más comunes en las que reaccionan tomando en cuenta la etapa de desarrollo en la que se encuentran.

¿Cómo se le puede explicar la muerte a un niño?

Utilizar la comunicación sincera, apropiada y ajustada al nivel de comprensión y edad del niño, sin mentiras ni invenciones.

Utilizar frases como: “El cuerpo ha dejado de funcionar”; “El cuerpo ya no puede sentir dolor, caminar, respirar, comer, dormir, hablar, oir, sentir frío ni calor”. Los niños son muy concretos y ésto lo entienden muy bien.

Reacciones comunes a la muerte según la edad.

0 a 10 meses

Angustia (si la pérdida es de la madre), pueden ser sensibles al dolor de quienes los rodean y afectados por los cambios de rutinas que les brindan estructura y seguridad en esta etapa.

Solución: Cuidar estímulos negativos constantes, mantener rutinas.

3 años

Llanto y angustia de separación

Trastornos de sueño y alimentación

Conductas regresivas (hacerse pipí, no dormir bien)

Soluciones: Mantener rutinas y límites, explicaciones simples y en pocas palabras, contestar sus preguntas una y otra vez (suelen ser repetitivos) y reiterarles que ellos están cuidados y seguros.

3 a 5 años

Miedo a la separación de sus padres, berrinches, explosiones e irritabilidad, aislamiento.

Pesadillas

Creer que la persona puede regresar.

Soluciones:

Dar explicaciones simples y reales sobre la muerte que le ayuden a asimilar la realidad alejándolo de la fantasía, ayudarle a reconocer y expresar sus sentimientos, reforzar que él NO tuvo la culpa (los niños pueden culparse del evento), reforzar rutinas y límites contenedores , reforzar que la muerte NO es un castigo y preguntarle si desea asistir a las actividades funerarias.

6 a 9 años

Rabia, pelea, negación, irritabilidad, culpa.

Problemas escolares, somatizaciones y deseos de reunirse con el muerto.

Soluciones: Describir el hecho clara, honestamente evitando ser grotesco, preguntarle que piensa siente u opina, buscarle una red de apoyo (escuela, familiares, amigos), animarlos en el compromiso de actividades recreativas familiares.

9 a 12 años

Llanto, nostalgia, agresividad, supresión emocional, resentimiento, negación, culpa, vergüenza.

Bajo rendimiento escolar, disminución de memoria

Sentirse diferente a otros y sentirse responsable por los otros.

Soluciones: Pedirle y permitirle que exprese su relato personal de los hechos, anticipar cambios e involucrarlos en ellos, preguntarle a quién quiere compartir lo que sucedió.

Recuerde siempre ser respetuoso del propio proceso del duelo del niño así como del tiempo que le tome elaborarlo.